Reflexiones rotas.
Sara Sabag
Publicado originalmente en este medio de divulgación el día 22 de abril de 2022, con el permiso de la autora.
Muchas de nosotras ya sabíamos que Debanhi, como tantas otras, aparecería muerta, solo era cuestión de días, de observar la puesta en escena de un circo mediático bastante mediocre, de un hacer “como que chambeo” de parte de “autoridades”, sin que falten los políticos de traje caro, altas influencias y bajos escrúpulos, de una sociedad que se muestra “interesada y comprometida” con la causa mientras es el chisme morboso del día, que tendrá más la intención de juzgar a la víctima y sus próximos, que vislumbrar el trágico suceso no individual sino social, en el que estamos involucrados todos cual comunidad.
“Una más” dirán y todos siguen sus vidas, menos ella y las cientos, seguro miles que han sido arrebatadas y asesinadas.
Algunas solo nos preguntamos, con un nudo en la garganta y el estómago revuelto, en total desesperanza y paralizadas por el desasosiego, cuanto más faltan para que ese cuerpo sea el mío, el de mi madre, el de mi hermana, el de mi prima, el de mi hija…cuanto tiempo nos queda a las mexicanas de vida, parece una bomba que ya cuenta los segundos, pero que tarde o temprano estallara en mi casa, para enlutar para siempre a mi familia. Las mujeres nos hemos vuelto producto de consumo no reciclable, no basta con violarnos, herir y mutilar nuestros cuerpos, parece necesario e indispensable matarnos, nuestra corporalidad se convierte ahora en una preciosísima envoltura para consumir al momento y luego desechar sin más, nos reducen a materia putrefacta de la que solo importa deshacerse, y tampoco tanto…al fin y al cabo es “otra chica muerta” dirán con costumbre y apatía, “una más”, dirán con hastío.