Por Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca en la sección Leer Para CrEcER el 15 de enero de 2020.
Es muy seguro que este libro sea un relato autobiográfico de Federico. La trascendencia del autor en la escena cultural mexicana es muy profunda. Dejaré una liga con su biografía, pero de entrada, puedo concederle varias actividades muy interesantes. Tuve el placer de conocerlo personalmente a inicios de la década de los 80 del s. XX y de leer varias de sus obras, lo cual influyó mucho en mi estilo crítico para componer música.
Hablando del libro “Las jiras”, puede suponerse que hay un error ortográfico, ya que se piensa que hablará de las giras del grupo, pero no hay. Arana es así. Profundo. El término que define jiras es: las tiras de tela que se producen al rasgar una prenda. Y después de leer la obra, se entiende cuál es el motivo del nombre.
Cuando uno se ha dedicado a recorrer esos caminos del rock en México, entiende mucho de esta historia. Y sí, es cierto que uno conoce tipos indeseables, pero son parte de la escena.
“Dedicarse a rockanrolear es agradable, por el dinero (fácil), las chicas (predispuestas), la popularidad, los viajes. Lo malo es que hay que rozarse con tipos como el Blondidudi, el Cerdo y el Foco, verdaderos indeseables”. Así se lee en los primeros párrafos de la obra, que en ocasiones se torna muy amena, muy cómica, muy triste, muy crítica. Si alguien sabe de la escena musical y sus asegunes, desde finales de la década de los 60, toda la de los 70 y 80, es Federico Arana.
La historia de “Las Jiras” es precisamente una de esas historias, y está contextualizada cuando la Guerra de Vietnam está aún vigente. Es el relato de una gira musical programada en Estados Unidos, trabajando ilegalmente en ese país, y su consecuente deportación.
En el camino hacia “la tierra prometida”, y ya estando ahí, suceden una decena de hechos graciosos y trágicos, como ya lo mencioné.
Con el afán de hacerse ciudadano estadounidense, uno de los protagonistas se casa con una ciudadana americana, lo cual lo convierte inmediatamente en carne de cañón para ir a la Guerra de Vietnam.
En verdad sí hay momentos muy deprimentes como este. También momentos que al pretender que sean cómicos se convierten en verdaderas pesadillas. Tal es el caso del Blondidudi (el “secre” que siempre existe en los grupos). Este personaje aguanta todo lo posible, por el deseo de estar cerca de sus ídolos, y algún día ser como ellos. Era tal “la carrilla” que le propinaban, que un día explota y destruye parte del equipo. Eran bromas muy subidas de tono, pero llegó al límite. Tanto que su respuesta violenta desequilibró mentalmente al “Cerdo”, el personaje que más lo atosigaba.
El final, como en muchas de las obras que le relato, es inesperado y no voy a profundizar en ello. Descúbralo Usted mismo, solo le puedo platicar que después de volver derrotados por haber sido expulsados de Estados Unidos, cada uno toma caminos diferentes.
Le recomiendo que revise la obra de este autor. En las clases de Ecoturismo que imparto, he utilizado un libro de él, que como ya dije, tiene varias facetas, y una de ellas es que es Doctor en Biología: “Ecología para principiantes”. Otro muy interesante es: “Guaraches de ante azul”, un recuento pormenorizado de la escena musical que le tocó vivir. A este último, pronto le daré un espacio en esta columna para tenga Usted, amable lector, la oportunidad de acercarse a esta interesante historiografía.
Estimado lector(a), espero su comentario al correo que viene al final del artículo. Después que tenga oportunidad de leer esta obra, le solicito me haga favor de honrarme con su opinión, y de esa forma podamos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación.
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Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/las-jiras-de-federico-arana-1973/
NOTA IMPORTANTE: TODAS LAS IMÁGENES QUE APARECEN, A EXCEPCIÓN DE LAS QUE SE MENCIONE, SON LAS PORTADAS ESCANEADAS POR EL AUTOR DE ESTAS CRÓNICAS.