CAPÍTULO 34
Por: Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca en la sección Hablemos de Arqueología el 26 de junio de 2020.
Parte VIII. Conclusión.
A lo largo de esta serie de artículos, los cuales solo permiten vislumbrar una ínfima parte de lo que era la religión de los mexicas, nos percatamos de la profunda religiosidad que emanaba de esa práctica.
Una religión que se venía forjando desde aproximadamente tres mil años antes de la llegada de los europeos, y se consolidó con sus adecuaciones regionales, fue la que encontraron los que llegaban allende el mar, confundiendo el territorio con otro al que ya tenían un tanto controlado.
Con el afán de hacerse de territorios a nombre de su Dios, la gente que llegaba a estas latitudes veía la gran oportunidad que en sus tierras de origen nunca iban a poder tener. Por eso fue monumental su esfuerzo por llegar a territorios lejanos con tal de lograr su objetivo.
Entre los mexicas, no se podía concebir ninguna actividad sin depender de la religión. En este caso, vemos que el propósito de expandirse era muy parecido en ambos grupos. Pero a diferencia de los europeos, los nahuas no arrasaban comunidades; les eran necesarias para conseguir el tributo. Sobre todo, que la actividad expansiva no era beneficio personal, sino todo lo contrario: eran bienes comunitarios.
Como este ejemplo puedo poner muchos más. Pero me enfocaré en algunas características para entender mejor a la sociedad mexica. Estas serían: sociedad extremadamente religiosa. Sin duda alguna; uso de entidades divinas en número exagerado; imperio militarista – sacerdotal, expansionista, teocrático y, sobre todo, paternalista; manejo de la religión a favor de la clase dominante; clase dominante encumbrada por lazos familiares; Después de ser el último grupo en llegar a la Cuenca de México, lograron en un lapso muy corto (95 años), un gran imperio que controló a más de seis millones de personas tributando a su causa.
Lo que sí puedo expresar, es que el choque cultural fue inmenso, y el derrumbe de la Religión Mexica fue precipitado. Y aquí me gustaría comentar que este tipo de cosas, a quienes estudiamos a estas sociedades, no nos son fáciles de explicar, cuando vemos las bases tan sólidas que tuvieron y la forma en que tuvieron que sucumbir.
El pensamiento en ambas sociedades, las europeas y las nahuas, en este y otros temas, no era tan diferente, así que adaptarlos a una nueva religión (teniendo estos últimos una profunda religiosidad), y hacerlos aprender un nuevo idioma, no resultó tan complicado; ya que además, varios de los que llegaron (sobre todo algunos frailes), tenían la encomienda de conocer a fondo todos los elementos culturales que les permitieran lograr de mejor forma una conquista espiritual y económica. A pesar de que sabemos que no todo fue miel sobre hojuelas, y también con “sangre y fuego”, entran las ideas, aunque no queramos.
Y así, diez años después de la estrepitosa caída de Tenochtitlan en 1521, aparece el mito de la Virgen de Guadalupe, con lo cual inicia la consolidación de la Época Colonial y la implantación formal de la Religión Católica.
A pesar de que las personas que llegaron a cumplir la encomienda de la invasión, estuvieron setecientos años bajo el yugo musulmán, jamás sucumbieron ni al idioma ni a la religión árabe.
Entonces surge la pregunta: ¿Sí estaban muy afianzados a su religión los mesoamericanos? Habrá que seguir investigando y no hacer suposiciones sin bases sólidas.
Crédito: https://www.cronicajalisco.com/notas/2017/79822.html. Tomada de internet. Crédito a quien corresponda.
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Publicación original: https://zonafranca.mx/opinion/hablemos-de-arqueologia/capitulo-34-la-religion-entre-los-antiguos-mexicanos-octava-y-ultima-parte-conclusiones/