Vigésima Disquisición.
Por Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca en la sección Disquisiciones Sociales el 31 de agosto de 2020.
¿Es la lectura un factor importante para que una sociedad crezca en varios ámbitos? Me parece que es un problema muy serio que el hábito de la lectura cada día se vaya perdiendo. Y no me refiero que la gente ya no lea. Por supuesto que sí lee, pero tenemos lectores en las redes sociales que solo leen artículos cortos o parte de un artículo, muchas veces escritos con mala ortografía, con una redacción descuidada y sobre todo, sin una profundidad en la temática, a excepción de algunas propuestas en revistas o periódicos, de prestigio.
En concreto, hago referencia a que el hábito de leer un libro, ha disminuido desde la aparición de las redes sociales. Y no pretendo declarar que estos importantes medios de enlace de la sociedad sean malos. No, no es eso.
Hoy en día, las redes se han llenado de gente que comparte libros completos en formatos de lectura digitales, los cuales son descargados por miles de personas, pero se van convirtiendo en bibliotecas digitales muertas. Que ni siquiera quien lo descargó, lo va a leer.
Un libro debe leerse, pero además, compartirse, para que otros se puedan sentir atraídos a leerlo. Es una buena técnica para integrar a las personas que no tienen el hábito de leer.
Es lamentable, y a mí me asusta darme cuenta cómo en la actualidad, mucha gente prefiere escuchar un audio libro, pero no disfrutar de la lectura, ni siquiera en formato electrónico. Los pretextos son muchos, y el más recurrente es que no se tiene tiempo para tomar el ejemplar y disfrutarlo. Y en su lugar, se prefiere obtener el contenido de una obra, aún haciendo otra actividad (cocinar, conducir, trabajar, etc.), y así “no perder su valioso tiempo”.
Pero, quizá sin que estemos consciente, la lectura va perfeccionando muchas cosas durante el lapso en que lo hacemos, entre ellas: la ortografía (tan mala en estos días) y la redacción, vitales en un proceso de crecimiento intelectual.
Tal vez sí se obtiene el conocimiento con el audio libro, pero se pierden muchas cosas que solamente la lectura nos proporciona.
Y analizando sobre lo que se lee o se ve en las redes sociales, nos enfrentamos a un fenómeno desalentador, ya que, estos medios se han atestado de individuos que creen saber sobre temáticas, y sin ninguna base teórica, escriben o analizan temas, sin el mínimo conocimiento que se requiere para poder lograr un buen análisis. Realizan videos, que solamente son eso. Videos sin contenido profundo al analizar el tema.
Y encontramos en esos espacios gente escribiendo de forma pésima, y otra gente que los lee, asimilando ese conocimiento, que va a repetir aquí y allá, tanto los errores ortográficos como la mala redacción.
Y bueno, a veces puede que sea solo una moda, aunque pésima, de escribir un código que nos parezca raro a algunos, y que solo van a entender otros a los que va dirigido. Ejemplos de esto hay muchos que vemos a diario, donde los que acostumbramos tener una ortografía respetable (según los más versados), podríamos hacer una “tormenta en un vaso de agua” por leer esos “improperios intelectuales”.
Hoy también tenemos nuevos códigos de escritura y de lectura. Uno de los más importantes son, los símbolos que hemos denominado “emoticones”, que pueden expresar cualquier reacción humana, en un gráfico.
Pero, ¿qué no es eso a lo que llamamos cultura? ¿No hemos ido modificando esos signos durante siglos, para poder darnos a entender?
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Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/disquisiciones/vigesima-disquisicion-lectura-y-redes-sociales/