CAPÍTULO 12
Por: Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca en la sección Hablemos de Arqueología el 24 de enero de 2020.
Parte IV. Fauna.
Esta semana trataré el mundo de los otros animales, que no pertenecen a la especie Homo sapiens. Abarcar el tema requeriría un gran espacio y mucho que explicar. Lo voy a reducir a un artículo muy sintético, para que se entienda qué tan importantes eran en el mundo mesoamericano las otras cientos de especies animales con las que compartimos el hábitat.
Como ya he platicado, Mesoamérica es un territorio privilegiado que tiene un sinfín significativo de ambientes ecológicos, y por ende, una diversidad infinita de especies animales que en muchos casos, eran productos para comerciar en el vasto territorio que hoy comprende México y algunos otros países de Centroamérica.
Mencionaré solamente algunos de los más usados y, sobre todo, para qué se usaban; se antojaría imposible si abarco en este espacio, todas las especies.
Una de las especies más solicitadas por las elites, eran las plumas del Pharomachrus mocinno, mejor conocido como quetzal, al que se puede ubicar en el área maya selvática. Las plumas eran de incalculable valor, además de que no eran depredadas completamente, sino que se utilizaba solo lo necesario, para permitir al ave que tuviera más.
También de ese nicho ecológico, el jaguar (Panthera onca) era muy solicitado para extraerle la piel, que era usada en uniformes de una de las órdenes guerreras, como principal uso.
Algunas conchas, pertenecientes a los bivalvos (de dos partes), que eran usados en muchos casos como instrumentos musicales, como adornos de uso normal y también ritual.
Los caracoles gasterópodos eran productos de mucha demanda. Para uso ritual, decorativo y como trompeta, ya fuera que se utilizara para el llamado a alguna actividad, o para uso como instrumento musical en algún ensamble de este tipo. Esta especie, también se utilizó, y se sigue utilizando, en el teñido de telas. Sobre todo en la Costa de Oaxaca. Dentro del caracol existe una pequeña especie, que basta hacer que se moleste, para que arroje una tinta color púrpura.
De las águilas, de la especie mexicana (Aquila chrysaetos), sus plumas eran para uso cotidiano en adornos, aunque no necesariamente para consumo de las clases privilegiadas. Las garras de esas aves se usaban como adornos en collares; también como raspadores y punzones, en algunos casos.
El venado cola blanca (Odocoileus virginianus), especie muy extendida en Mesoamérica, y en lo que hoy es buena parte de los EEUU, se utilizaba: carne, huesos, piel y astas, entre otras cosas. La carne era comestible; los huesos podrían ser muchas cosas. Uno de los usos era elaborar agujas para coser la misma piel. La piel, para vestir y usar como lienzo para escribir los códices.
Las astas tenían varios usos. Entre ellos, en el área de los sonidos, servía como percutor de pieles tensadas en tambores, en instrumentos huecos de madera y otros objetos que pueden sonar al percutirlos. El asta de venado es una estructura dura que está formada por un resistente hueso cubierto de queratina y otras proteínas.
Esa cualidad hace que al percutir algo lo haga de una manera distinta, más suave. Muy diferente que hacerlo con alguna roca o madera.
Las tortugas (Gopherus), de las cuales existen cuarenta y siete especies en México, se utilizó su carne y sus huevos, como alimento, además del caparazón que fue muy apreciado. Una de las formas de manipularlo, es como instrumento musical. Aparece en códices y pinturas al fresco, justo en el momento de estarlo percutiéndolo.
La grana cochinilla (Dactilopius coccus), endémica de México, es un insecto huésped de los nopales, que se ha utilizado por siglos. Uno de los usos en el México Antiguo, era obtener un color rojo sangre, muy especial.
Fue una de las industrias que, durante la colonia fue monopolizada, como otras tantas, por los europeos. Hoy se utiliza en el área de cosméticos, alimentos, etc., como colorante natural. Se llevaría una sorpresa en cuál de los alimentos cotidianos se consume. Trate de investigarlo, estimado lector.
Y como lo aseguré al inicio, sería infinito nombrar todas las especies animales que se utilizaron y se comerciaron, en fronteras lejanas unas de otras, pero diré que conejos, patos, serpientes, cocodrilos y jabalíes, son algunos de ellos.
La próxima semana estaremos platicando del trueque y el lugar donde se efectuaba esta actividad: el tianquiztli. Así que, continuaremos con esta serie “Economía y Comercio en Mesoamérica”; esperando que cada semana se interese más en el mundo Mesoamericano.
Estimado lector, espero sus comentarios al correo que viene más abajo. Nos leemos la próxima entrega, que #HablemosDeArqueología.
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Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/hablemos-de-arqueologia/capitulo-12-economia-y-comercio-en-mesoamerica-cuarta-parte/