Por Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca en la sección Leer Para CrEcER el 12 de mayo de 2019.

Gracias a Zona Franca, hoy inicio esta columna titulada “Leer para CrEcER” (Leer para creer o Leer para crecer, como lo entienda Usted), que contendrá recomendaciones literarias de los libros que a lo largo de mi vida he ido leyendo, y que me encantaría compartir con Usted, amable lector(a). Mi intención es hacerle saber, lo que me provocó cada libro que he leído, y de esa forma, logre motivarlo a que lo pueda disfrutar tanto como yo, y que me comparta su experiencia. Decía Don Héctor, mi padre, que no hay mejor forma de hacer amigos, que compartir una lectura. Y yo le creí y lo comprobé, ya que él y yo compartímos muchas lecturas.
Así pues, inicio esta columna que pretende ser dominical, con este libro “Las intermitencias de la muerte” que es uno de los muchos que me han marcado, y afortunadamente yo sí puedo nombrar muchos libros, por orden alfabético, de importancia, por autor, etc. y no como otros.
Resumir la vida de Saramago, sería muy complicado en este espacio, así que dejaré una liga al final, para que la persona que tenga interés, vaya a ese sitio y la consulte.
Ya antes había tenido oportunidad de leer otros libros de Saramago, y aunque algunos (de los cuales hablaré después) me han provocado sensaciones distintas, éste en particular tocó fibras muy sensibles. La facilidad que tiene Saramago de lograr que un tema coloquial se convierta en relaciones sociales muy complejas, es uno de los estilos que más me agradan de él. Esto de las relaciones complejas, se nota muy claro en “Todos los nombres”, “El viaje del elefante”, “Ensayo sobre la ceguera” y “Ensayo sobre la lucidez”, entre otros. A cada página va complejizando el asunto que trata.
Hablando de la Intermitencias, es muy fácil caer en la trampa del título. Pero al final tenemos una Muerte “humanizada” que decide un día dejar de ejercer su oficio. Y así inicia el libro, con la frase “Al día siguiente no murió nadie”. Es una Muerte que siente, ama y se transforma. La inesperada noticia de que la Muerte ya no se llevará a nadie es motivo de alegría en ese país, pero solamente en ese país. Al transcurrir los meses, el júbilo va transformándose en incertidumbre y poco después en un caos, que va arrastrando a la sociedad a tomar medidas extremas para solucionar el que ya nadie muera. Aquellos enfermos terminales, que prolongan el sufrimiento, por ejemplo. Las compañías de seguros, que enfrentan serios problemas, etc. En algún momento la Muerte decide volver a ejercer su oficio, ya que la sociedad está en un punto crítico. Así que va dejando sobres que anuncian en que momento será que cumpla su pacto. Solo que no espera que uno de los que se tiene que llevar, le será difícil poder hacerlo, así que la Muerte entra en jaque. ¿Qué sucederá?
Para conocer más a José Saramago, viste la siguiente liga
Espero su correo, estimado lector(a), después que lo lea para compartir esas sensaciones. El correo donde puede escribirme es: arqueolobocarlin@gmail.com
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Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/las-intermitencias-de-la-muerte-de-jose-saramago-2005/
NOTA IMPORTANTE: TODAS LAS IMÁGENES QUE APARECEN, A EXCEPCIÓN DE LAS QUE SE MENCIONE, SON LAS PORTADAS ESCANEADAS POR EL AUTOR DE ESTAS CRÓNICAS.