Por Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en el periódico digital Zona Franca, sección Simbolismo y Sociedad, el 14 de mayo de 2021
Isla de Wight, Inglaterra, 1970
Ubicada al sur de Inglaterra, y muy cerca de la costa, es una de las mayores islas del Reino Unido. Tiene unos cuarenta kilómetros de largo por veintitrés de ancho. Este festival, realizado en el año de 1970 del Siglo XX, no fue el primero en ese lugar, pero sí el más importante; tanto por la duración, que fue de cinco días, como por haber tenido una afluencia mayor a las seiscientas mil personas. Después de la experiencia en Woodstock, éste concierto se realizó en perfecto orden. La transportación hacia la isla fue excelente, hubo camas para hospitalización, tiendas de campaña, sala de prensa, emisora de radio, dos mil quinientos servicios públicos, cinco mil policías cuidando el orden, etc. Una cantidad importante e impresionante de comida y bebida.
A éste festival acudió una gran cantidad de gente de muchas naciones europeas. También llegaron africanos, americanos, australianos, etc. Muchos de ellos viajaron cerca de seis meses con tal de asistir al concierto.
Esto nos habla de la gran fuerza, influencia y simbolismo del rock en la sociedad. Para la juventud es clara la motivación y el determinante cambio cultural que se ha dado en la música, en el simbolismo, en el arte en general y, sobre todo, en la mente de sus seguidores.
Aquí la lista de algunos de los grupos y personajes que se presentaron en éste gran festival: Procul Harum, Joni Mitchel, The Who, Free, Hendrix, Leonard Cohen, Joan Baez, Donovan, Moody Blues, Miles Davis, Emerson Lake and Palmer, Jethro Tull, entre muchísimos más.
Después de lo anterior expuesto y a manera de conclusión, considero que todos estos festivales que lograron realizarse ante un mar de jóvenes que comulgaban con una ideología de paz y amor para cada rincón del planeta tierra, y que además provocaron una abundante cosecha de productos nostálgicos, son el ícono que marcó las vidas de cada uno los que participaron, porque esos jóvenes de entonces, son hoy gente mayor que quizá disfrutan de contar su experiencia, o en el caso de ya haber muerto, durante su vida permanecieron con el recuerdo perenne del espíritu de esa década, y de aquellos festivales inigualables donde se predicaba un mensaje de paz y una postura en contra de las guerras. Cabe destacar que ningún concierto posterior tuvo el sello cultural que caracterizó a dichos conciertos que me propuse relatar en este espacio, puesto que fueron el oasis en esa época de intranquilidad. Millones de jóvenes se convirtieron en uno mismo. Sin duda alguna fueron festivales repletos de simbolismo, que marcarían la década de los 60’s del Siglo XX, en la memoria compartida del mundo entero.
Pero, ¿sería este festival el final de la filosofía, un tanto utópica, del movimiento hippie? ¿Se desvanecía por guardar una cercanía con las teorías socialistas y/o comunistas?
Estimado lector(a), espero su comentario al correo que viene al final del artículo. Después que tenga oportunidad de leer esta pequeña contribución, le solicito me haga favor de honrarme con su opinión, y de esa forma podamos compartir las sensaciones que le provocó la lectura de la misma.
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