Mah titlatohcan itech Arqueología.
Por: Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en español en el periódico Digital Zona Franca en la sección Hablemos de Arqueología el 22 de julio de 2015. Publicado en japonés en el periódico Bajío Shimbum en septiembre de 2015.
Uno de los animales más emblemáticos para los humanos, es sin duda el águila. Son varias especies y sub especies conocidas que habitan en casi todo el mundo, excepto en la Antártida.
Depredador por excelencia, no acepta otro alimento que no sea carne recién cazada, lo que gracias a su destreza y certidumbre, es casi infalible al escoger a su presa. Con un enfoque visual privilegiado, puede acechar a su presa desde muchos cientos de metros de distancia. Su majestuosidad y su poderío han sido simbolizados por varias culturas: Egipcios, griegos, romanos, bizantinos (quienes la simbolizan por primera vez de forma bicéfala), otros imperios europeos, culturas orientales, asiáticas, mesoamericanas y sudamericanas, culturas occidentales actuales. Ha aparecido en banderas, escudos heráldicos, monedas, billetes. Puedo decir que desde tiempos muy remotos, es el animal que más aparece en la simbología de los seres humanos.
En las culturas mesoamericanas, el águila tuvo una connotación ritual y fue acompañante de personajes en prácticas funerarias. El registro arqueológico nos muestra que él águila se incorporó a la simbología y a la cosmovisión en Teotihuacan durante el clásico mesoamericano (100 a 650 d.C.), específicamente en uno de los llamados palacios que ahí se localizan: Tetitla. Antes de esa época, no es muy recurrente la simbología con respecto al águila, pero si la del jaguar y la serpiente, que en otros artículos abordaremos.
Después de la caída de Teotihuacan, alrededor del 650 d.C. aparece cada vez más en el registro arqueológico. Xochicalco y Cacaxtla (600 a 900 d.C.) y Tula (900 a 1,100 d.C.) son ejemplo de ello, además aparece cada vez más cercana a la serpiente. En tula el águila aparece recurrentemente devorando una especie de corazón.
En la cultura chalchihuites, en Zacatecas (600 a 900 d.C.), aparece un plato en donde podemos apreciar una águila devorando una serpiente, de lo cual mencionaré más adelante, ya que es uno de los símbolos plasmados en la Bandera de México.
En 1325, grupos del norte de Mesoamérica llegan a la Cuenca de México (Hoy Ciudad de México). Uno de esos grupos son los aztecas (después conocidos como mexicas), que cien años después de su llegada a esa cuenca (1426), y después de muchas adversidades, se hacen del poder durante noventa y cinco años, hasta 1521 que son derrotados por los europeos. Los mexicas dieron una vinculación total a toda esta simbología del jaguar, el águila y la serpiente, que se fue acumulando durante al menos 3 milenios.
El águila es deificada y representa para ellos el Sol. Es su Guía, el que los llevó a la tierra prometida: Huitzilopochtli. En el lugar en donde deberían edificar su templo para honrarlo, dice el mito, deberían encontrar un águila, posada sobre un nopal y devorando una serpiente.
El águila se volvió tan importante en la cosmovisión mexica que existen representaciones muy importantes en piedra, cerámica y pintura con un acabado que denota el profesionalismo de los artistas. Además construyeron un templo en Malinalco, estado de México, dedicado a la iniciación de la orden de los Guerreros Águila (Cuauhpipiltin).
En su cosmovisión, se considera a los guerreros caídos en batalla como los que acompañarán a ese númen Águila-Sol-Huitzilopochtli en su camino diario desde que nace hasta el cenit. Y desde el cenit hasta su ocaso, acompañan a esa águila las mujeres que fallecieron en parto (Cihuapipiltin o Cihuateteo), pues se consideraba que dar a luz a un nuevo ser humano, era una especie de batalla.
La actual bandera mexicana representa en la imagen central la escena de aquel mito de fundación de un pueblo perseguido, sojuzgado, pero que un día, llegó a controlar mediante prácticas políticas, religiosas y militares, el tributo de una parte muy importante de Mesoamérica. Un número muy considerable de habitantes de ese territorio, algunos autores manejan la cifra de seis millones de personas, que tributaban al pueblo elegido: El Pueblo del Sol. El Pueblo del Águila. El Pueblo de Huitzilopochtli.
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Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/el-aguila-en-la-cosmovision-mesoamericana/