Década de los 90, S XX.
Por Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca el 6 de octubre de 2016.
Iniciaré esta década con algunos datos faltantes de la anterior, que me parecen trascendentales para lograr el objetivo final del artículo.
Se dice que uno de los factores principales de la caída de muro fue, que a partir de 1985 con Gorbachov como líder de la antigua Rusia y la apertura comercial con la Perestroika, incrementó el número de grupos de rock soviético. Yo asumo que es uno de tantos factores, no creo que entre los principales, pero sí hubo oportunidad para rebelarse ante lo caduco del sistema. El movimiento se conoció como Perestroika-Rocky es muy interesante conocerlo.
También 1985 nos dio la no grata noticia de la separación de un grupo icónico: Pink Floyd, después del gran éxito de las producciones de “The Wall” y “The Final Cut”, que fue su última producción juntos. Roger Waters se separa y Pink Floyd queda con los otros tres miembros que estuvieron desde siempre: David Gilmour, Richard Wright y Nick Mason.
En 1988 aparece la cuarta producción de Roger Waters como solista: Ça Ira (en inglés se tituló “It´ll be fine. There is hope”, que es su primera ópera rock y que narra algunos pasajes del inicio de la Revolución Francesa. No se estrenó hasta 2002 como ópera y fue presentada en el Royal Albert Hall y hasta 2005 aparece como producción discográfica.
El inicio de los 90 nos trae la producción de “The Wall”, en vivo en Berlín, en un espacio “tierra de nadie”, junto al muro. Todo un acontecimiento socio-político-musical. Si no es la primera respuesta a la caída del muro, sí es la más espectacular. Además Waters cumplía una promesa que hizo de que cuando el muro cayera, él haría ahí “The Wall” en vivo. El espectáculo reúne a una pléyade de estrellas del rock y de otros ámbitos.
Se representa el film de 1982, en un escenario gigantesco, en donde se va construyendo un muro enorme durante el tiempo que dura el concierto, para derribarlo al final. En algún del momento del concierto, los músicos quedan detrás del muro y las escenas y los actores siguen al frente; se ayuda la producción con el uso de multimedia proyectada en ese muro. La lista de los que aparecen en escena es la siguiente: Scorpions (que llegan en una limusina al escenario), Bryan Adams, The Band, Paul Carrack, Thomas Dolby, James Galway, Jerry Hall, The Hooters, Ute Lemper, Joni Mitchel, Paddy Maloney, Van Morrison, Sinead O´Connor y hasta ¡Cyndi Lauper!. Pos supuesto que el personaje principal, Mr. Pinky, en esta puesta en escena le corresponde a Roger Waters. También estuvo presente el coro y la orquesta militar de la Armada Soviética. La asistencia superó las 250,000 personas.
La entrada de la última década del siglo XX, trae aparejada una serie de cambios políticos y sociales, a la par de una revolución tecnológica que habría de hacer en el mundo de la música cambios radicales. La era digital no había comenzado aquí, pero se perfeccionó. La entrada al mercado de las computadoras personales, unas de escritorio (las primeras) y las otras portátiles, fue recibida con beneplácito por todos los ámbitos y el de la música no se quedó atrás.
La rebeldía en esta época está marcada con un movimiento musical que nació al final de la década anterior y en el cual algunos de esos grupos continuaron en la década de los 90. El movimiento, en sus inicios contracultural, tuvo un destino parecido al del Punk de los 70. Me refiero al Grunge, que se vio acompañado de varias expresiones como la literatura, pintura y político.
La intención era dejar que lo físico no fuera importante, a cambio de dedicar la vida a crear música que llevara un mensaje. Los grupos que representaron este movimiento a finales de los 80 e inicios de los 90 fueron, entre otros Metallica (el disco Garage Days de 1987 es el más representativo de este grupo en ese estilo y a mi parecer el mejor logrado), Nirvana, Soundgarden y Pearl Jam, aunque después todos cayeron en el mismo garlito que llevó a los Punks a debilitarse: Ser estrellas de rock. El ejemplo más claro de esto es Kurt Cobian (Nirvana), que evitaba la rehabilitación con tal de no dejar de ser famoso, o de Eddie Vedder (Pearl Jam) que se convirtió en la principal imagen de ese grupo. A la llamada Generación X regularmente se le asocia con este movimiento.
La Generación X (o Generación MTV o Generación Jonese$), se identifica a una generación nacida de los llamados Baby Boomers (los que nacieron entre 1946 y 1965 y se refiere al boom de nacimientos). A la Gen X les importa el mundo, la ecología, los desastres por deterioro ambiental; son impulsores de la tecnología (aunque no todos); vieron el nacimiento de internet y son los usuarios más importantes hoy en día de los videojuegos. Es una generación que ha tenido que asumir cambios sociales muy radicales. Ellos son padres de los Millenials o Generación Y, que me tocará describir en la siguiente entrega.
La Generación X fue una gran consumidora de bienes y de servicios, hasta ese momento la más consumista, algo que superaron con creces las generaciones venideras. Y no que las anteriores no lo hicieran, pero esta sí rebasó cualquier a cifras colosales. ¿Lo dudan? Les recomiendo la película “The Joneses”, que se hizo una década después, en el 2009, pero que conserva la filosofía de la Gen X.
Aunque las protestas en esta década van dirigidas principalmente al neo liberalismo y al capitalismo salvaje, la Gen X es consumista en potencia. Además notamos que las concentraciones masivas para protestar o despertar conciencias mediante la música, ya no representan un gran fenómeno, salvo las presentaciones que va haciendo Roger Waters con The Wall. Los tres conciertos masivos que recuerdo que tengan el objetivo de protestar y/o concientizar por un fenómeno social muy dramático es Live Aid en 1985, “Live in Berlin” en 1990 (del que ya hablamos) y en 1992, el tributo al gran músico inglés Fred Mercury, con la idea es hacer conciencia con respecto al VIH.
Y claro que sí hay muchos conciertos masivos, es el boom del show bussiness rockero. Uno de ellos, que reunió a muchos músicos fue el Woodstock 99, que obviamente no tuvo el objetivo de aquel concierto de 1969. Solo fue rememorar el magno evento.
Para esta década de los 90 tenemos una generación un tanto pasiva, inmersos en otro tipo de problemas, más personales. Y aunque protestan ya no salen a la calle a hacerlo. Lo empiezan a hacer mediante el correo electrónico, base de las redes sociales.
El fin del milenio se acercaba y la mayoría de la gente presagiaba el fin del mundo. Hubo casos patéticos que habría que recordar en otra publicación. Uno de los males más temidos fue el temible Y2K; era la peor desgracia a la que se enfrentaba la especie humana. Pero se resolvió fácilmente: fue la venta más grande en la historia de las computadoras personales. También un sinnúmero de enfermedades que sí aquejaban al cuerpo humano se hizo presente. Y terminamos el milenio con la primera clonación. Tema que dio para muchos debates y por supuesto alguna que otra melodía.
“El mundo ya no sería el mismo”. Esa frase puede quedar en cualquier final de década o de año.
¿Qué sucedía en México?
Los 90 trajeron un sinfín de acontecimientos que sería larguísimo enumerar, pero podré hacer una breve síntesis socio-política-económica. Después de vivir un crack en la bolsa en 1987, la dirección de país recayó en un personaje que siempre ha sido motivo de escarnio, pero sobre todo de poder político en México. Me refiero a Carlos Salinas de Gortari, quien llegó a la presidencia en términos no muy claros.
La entrada de México a la “modernidad” la marca una de las movidas más oscuras en materia económica. La paridad del peso-dólar en 1901 era 1 a 1 y 76 años después de $12.50, algo razonable, pero a partir de 1976 se viene arrastrando una devaluación increíble. En 1976, el dólar pasó de $12.50 en ese año hasta $2,290.00 en 1993. Y al “genio del neoliberalismo”, Salinas, se le ocurrió que quitando tres ceros las cosas se iban a ver mejor. Entonces esos $2,290.00 fueron $ 2.29. ¡Genial!. Su administración terminó con un precio de $ 3.41. La paridad hoy, 5 de octubre de 2016, es de $19.24 (o sea $19,241.00) de los de 1976. Esta situación ha acarreado una crisis constante, que lleva aparejados problemas sociales profundos, desgaste del tejido social, delincuencia, corrupción, deserción escolar y muchos más.
El problema más serio de la administración de Salinas, fue que la entrada a la “modernidad” con un tratado comercial muy desbalanceado, que realmente favorecía a dos de los tres socios y obviamente México, era el eslabón débil. Le explotó en las manos, tras un levantamiento indígena el mismo día en el que México iniciaba el cumplimiento de ese tratado. Un levantamiento que en los inicios fue algo serio, pero al pasar el tiempo, los actores de ambos bandos, lo convirtieron en una situación grotesca.
Otro problema muy oscuro en esa administración fue que, la ya de por sí notoria descomposición del sistema político se venía percibiendo, para 1994 demostró la parte más profunda de esa descomposición, no solo del partido en el poder, también las altas esferas de la jerarquía eclesiástica, coludidas ambas con mafias, que hasta la fecha están empoderadas y no hay manera de erradicarlas, o no quieren hacerlo.
También el inicio de los 90 se acompañó de muchos movimientos sindicales en demanda de mejoras salariales y laborales. Normalmente esas protestas terminaban en plazas públicas, principalmente el zócalo de la CDMX y ahí mismo se hacían cierres con música de todo tipo, preferentemente rock, a manera de protesta. El Zócalo, el corazón del País, el centro neurálgico del poder, se llenó más que nunca de campamentos de protesta y de mítines políticos sin precedentes. Aunque en décadas anteriores fue el espacio que se utilizó para protestar por descontentos sociales, la década de los 90, rebasó cualquier número que se tuviera. Personalmente me tocó estar en varios de esos mítines y por supuesto participar con uno u otro grupo de rock, poniendo mi granito de arena.
Algunos grupos mexicanos de rock surgidos en los 80, continúan y conservan su esencia de protesta y crítica social. Pero revisando, preguntando e investigando, solo hay un grupo nuevo con la tendencia a la crítica social surgido en esta última década del milenio. Me refiero a Molotov, qué aunque no es de mi agrado, sí entra en este artículo solo por el asunto de la protesta y la crítica social en el rock.
Esa década culmina con una administración muy gris en el año dos mil. Dando paso al cambio de partido en el poder, al cual se le presagiaron grandes expectativas. En realidad, no cambió nada de lo que veníamos viviendo. Pero eso será tema de la siguiente entrega.
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Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/la-rebeldia-como-estilo-musical-decada-de-los-90/