¿Tiene la Música una utilidad social?

Trigésima tercera Disquisición.

Por Luis Humberto Carlín Vargas

Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca el 30 de abril de 2021

Desde que nacemos y en cada etapa de nuestra vida, incluso en el funeral, está ahí; en los bosques de África, en las alturas de los Himalaya, en las costas de todos los mares, en los desiertos más inhóspitos, en las cálidas sabanas y las más frías estepas, en los más congelados polos, incluso en los amplios océanos, mares y ríos, hay un elemento del cual no se puede prescindir: la Música, en cualquier forma que se presente a nuestros oídos. Esos sonidos de la naturaleza, que imitamos con elementos de ella misma, hechos instrumentos musicales, pero que además, como lo hace la propia naturaleza, les podemos imprimir ritmo y armonía.

Desde aquellos primeros homínidos, hasta nuestros días, la música ha sido un referente importante, y ha demostrado ser una sutil amalgama de los grupos humanos.

Y no importa el estilo que sea, o si es de pésima hechura. Ella, la Música, va a ser un buen termómetro de cómo la sociedad se expresa o se siente.

Y probablemente, como en los inicios de la humanidad, esta BELLA ARTE, se presentaba simplemente al silbar, palmear, cantar, o con el solo hecho de percutir alguna parte de nuestro cuerpo con otra parte del mismo, y con esta acción generar sonidos, ritmos y armonías, para poder lograr Música.

Es un excelente vehículo de ida, que nos permite evocar el pasado; o dígame Usted, ¿nunca se ha sentido transportado a una época, cuando escucha alguna melodía? Pueden ser recuerdos de cualquier tipo, no importa. Esa es la importancia de nuestros cinco sentidos, que son magníficos vehículos para las remembranzas, y en la Música, por supuesto, intervienen esos sentidos. Por eso es, y ha sido, tan importante en las sociedades humanas. ¿Se puede Usted imaginar a un griego de la época clásica sin su lira, un guerrero vikingo sin su cuerno, un antiguo mexicano sin el caracol que produce sonidos que pueden percibirse a kilómetros, un tibetano sin su Dungchen, esa trompeta que produce un sonido extremadamente grave, o a un “tocaor” flamenco sin guitarra, etc., por poner unos ejemplos? Yo no. ¿Se imagina un mundo sin Música? Tampoco lo imagino.

¿Cómo habría podido Pan, esa deidad irascible, representante de la fertilidad, sin la Música procedente de su flauta (siringa en griego) que fue hecha de una Náyade de la cual se enamoró y a la que convirtió en carrizo para hacer su instrumento, para lograr que los rebaños lo siguieran envueltos en las notas musicales que brotaban de esa flauta?; ¿Cómo Nezahualcoyotl pudo haber logrado un poema tan excelso, sin haber escuchado la Música de cuatrocientas voces que emana de la siringe del cenzontle, el cual imita el sonido de otras aves?; ¿Quién, aparte de Ulises, pudo resistir la musicalidad y belleza de los sonidos que emitían las tres sirenas (una cantaba, otra tocaba la lira y otra la flauta. Que eran una especie de ninfas, en forma de ave, y no con cola de pescado, como se cree), que embelesaban a los hombres y los ahogaban?; ¿Y Carlos Chávez, el célebre músico mexicano, podría haber compuesto su magnífica obra sinfónica “Macuilxochitl – Xochiplli, una música imaginaria”, si esos dos personajes, que le dan nombre a su composición, no existieran en la cosmovisión nahua, como dignos representantes de la Música?; ¿Cómo hubieran soportado los músicos del Titanic, el encontronazo con un iceberg y seguir ejecutando sus instrumentos musicales, sin detenerse, de no ser por estar en comunión y armonía con la tranquilidad que de esos instrumentos emanaba?; ¿Qué habría hecho Sir Edward Elgar de no haber existido la Música, para componer su magnífica obra “Land of hope and glory” (mejor conocida como “Pompa y circunstancia”), que celebrar la Coronación del Rey Eduardo VII de Inglaterra?; ¿Y dónde hubiera plasmado tantas obras magníficas que demostraban su genialidad, Wolfang Amadeus Mozart, como es el caso de la misa de Requiem, compuesta para el acto litúrgico tras el fallecimiento de alguien?

El don que se tiene para ser músico debe incluir: paciencia, habilidad, esfuerzo, afinidad, dedicación, pero sobre todo AMOR por la armonía, el ritmo y las notas musicales. Es por eso que no todos los humanos logran ser músicos.

Entonces, con respecto a la pregunta inicial, y sin prejuicios hacia el o los estilos que no le agraden, ¿tiene la Música una utilidad social? ¿Usted qué cree, estimado lector(a)?

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