Cuadragésima Disquisición.
Por Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca el 29 de octubre de 2021
El día 2 de noviembre se celebra el Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, y mi intención es dedicarlo a varios alumnos, conocidos y amigos, que hacen del periodismo, su fuente de trabajo. También agradecerles a varios de ellos, que me han dado la oportunidad de expresar mi sentir, en diarios y revistas.
El periodismo se convirtió en una actividad en extremo peligrosa, sobre todo cuando las notas versan contra políticos o criminales, aun arriesgando su propia vida, se entregan en cuerpo y alma.
Los crímenes en su contra son muchos, pero lo más cruento de todo, es que más del 90% quedan impunes. Nueve de cada diez. ¿Puede Usted creerlo? Triste pero cierto.
Ejemplos de esta impunidad y estos crímenes, los podemos palpar constantemente en los noticieros, y me parece una injusticia que a quien hace un trabajo digno, como es salir de su hogar para procurarnos información, pueda ocurrirle alguna tragedia o un acto de impunidad hacia su persona.
¿Qué sucede con este tipo de actos de impunidad? Pues que los que cometen los delitos, se empoderan más cada vez que sucede algo así, ya que no hay ninguna consecuencia por sus actos.
Según Artículo 19 (organización independiente y apartidista que promueve y defiende el avance progresivo de los derechos de libertad de expresión y acceso a la información de todas las personas), del año 2000 al 21 de agosto de 2021, documentó ciento cuarenta y dos periodistas asesinados, de los cuales, ciento treinta y uno son del género masculino y once del género femenino.
Para el año, 2018, se consideraba a México en el tercer lugar a nivel mundial en ese rubro, en donde Irak y Siria, encabezaban la lista.
En México, solo en Veracruz, en el sexenio de Javier Duarte (2010-2016) fue el más sangriento con dieciocho periodistas muertos y/o desparecidos. Para 2018, el mismo estado, se llevó el primer lugar con treinta periodistas, que en relación a su trabajo, fueron asesinados y/o desaparecidos. Los tres estados de la República Mexicana que le siguen en violencia contra los informadores son: Oaxaca, Guerrero y Tamaulipas, con catorce cada uno.
Son números escalofriantes en la cuestión de asesinatos en los que, como ya lo mencioné anteriormente, el 90% quedan impunes. Ahora, súmele aquellos que han sido golpeados, vejados, insultados, amenazados y otras incongruencias que criminales y políticos, valga la redundancia, suelen cometer en contra de ellos.
¿Qué estamos haciendo como sociedad civil en este caso? ¿Realmente somos conscientes del daño que se produce cada que un periodista es asesinado o violentado? ¿Algún día se podrá hacer justicia al 100%? Se lo dejo como reflexión.
Aplaudo a cada uno de los que mencionaré, por su valentía y entrega. Si falta alguno, no se sientan por favor, pues mi entera admiración es para Ustedes. El “alemán” se acerca poco a poco:
Hugo Gómez, José Flores, Pino Páez, Santa Arias, Valeria Durán, Kennia Velázquez, Martha Silva Moreno, Socorro Angulo, Carmen Aristegui, Arnoldo Cuellar, Leopoldo Navarro y Ramón Izaguirre. Alumnas y alumnos de la licenciatura en Periodismo Digital, con los que tuve oportunidad de compartir aula algunas ocasiones: Angie Valadez, Aidé Sánchez, Ari Matthews, Marlene Cárdenas, Cristina Maneli (las cinco chicas súper poderosas); Lizzete González, Salvador Barajas, Delia E. Juárez, Juan Luis Macías, Ivonne Ortíz, Eros Delgado, Luze Tutu, Saraí Salmerón, Laura López, Ramón Jaramillo, Aurelio López, Jesús Martínez y los que me falten.
Espero sus comentarios en el correo: arqueolobocarlin@gmail.com
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