Decimotercera Disquisición.
Por Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca en la sección Disquisiciones Sociales el 13 de julio de 2020.
El término, según la RAE, es “la acción de tolerar”. Entonces el verbo que es TOLERAR, se define como: “1. Llevar con paciencia; 2. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente; 3. Resistir, soportar, especialmente un alimento o una medicina; 4. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.”
El número cuatro de estas definiciones, considero que es el más complicado para que, como humanos, podamos respetar cabalmente, dado nuestra carga cultural preestablecida, y que es parte de la identidad de cada uno de nosotros. En ocasiones se convierte en algo que nos puede sacar de nuestras casillas. Y que nos conduce a momentos críticos, hacia los otros.
Como ya hemos visto en las otras entregas, hay términos que no se pueden cuantificar, simplemente se tienen o no se tienen. Es muy sencillo. Y en el caso de la TOLERANCIA, no sería la excepción. Este término, va muy ligado al RESPETO, pero sobre todo con la EMPATÍA.
En esta ocasión le pido, estimado lector, que haga una pequeña reflexión y se autoanalice y me responda: ¿Del 1 al 10 qué tan tolerante es en lo que se refiere a religión, política, medidas sanitarias, música, etc.? Me refiero, claro, a las preferencias o prácticas de la otredad (donde 1 es nada tolerante y 10 es muy tolerante)
¿Cómo no traspasar una delgada línea, y ofender o agredir a otra persona por sus pésimos gustos, o sus malas formas de vestir, o tal vez por leer autores que a nosotros nos parecen burdos? ¡Existen tantos ejemplos para esto! Nunca podría listarlos todos.
Y en el ejercicio que le pido, es que piense en alguien conocido (de su círculo familiar o amistoso) y haga una lista de lo que no tolera de esa persona. Pero, la sugerencia también es, haga una lista de lo que Usted no tolera de Usted mismo. Probablemente notará que existen similitudes entre la persona que está analizando y Usted mismo.
Analice los problemas de esa persona con respecto al entorno en que se desenvuelve, cómo lo ha tratado la vida, pregúntese si esa persona tiene el trabajo que quiere y muchas otras cosas más que crea conveniente analizar.
Con todo ese análisis, muy probablemente se dará cuenta que no hay tanta diferencia entre Usted y la persona que está examinando. Cuando haya comprendido y entendido un poco de la vida de aquel prójimo, entonces le aseguro que empezará a pensar en que la tolerancia es una virtud, que lo llevará irremediablemente a ser empático. O sea, ponerse en sus zapatos.
No le pido en este análisis incluir a la gente que hace daño (físico, verbal o patrimonial) a otros (aunque en algunos casos se puede llegar a ser empático con ellos, y eso ha sucedido a tal grado, que esas personas se convierten en “héroes de la sociedad”). Pero, de cualquier manera es necesario destacar que eso no debe ser motivo para que ese individuo, se salte las leyes que todos nos hemos impuesto para vivir en paz y por supuesto, de ningún modo debemos a ser tolerantes ante las violaciones a las mismas normas.
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Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/13a-disquisicion-tolerancia/