Vigésima Séptima Disquisición.
Por Arqlgo. Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca en la sección Disquisiciones Sociales el 26 de octubre de 2020.
Hoy me quiero referir al asunto de una etapa de la vida del ser humano que puede requerir de varias disquisiciones, pero trataremos que sea muy condensada en este espacio.
Cualquiera de los tres términos con que iniciamos esta aportación, nos conduce al ineludible paso del tiempo, y los estragos que va causando en la personas. Pero no siempre el término se procura de una forma respetuosa. Por ejemplo: cuando se quiere insultar o burlarse de alguien no se le dirá adulto mayor. No. Se eligen las otras dos para hacerlo, ya sea que la persona esté o no esté, en el rango de edad que se ha determinado para esa etapa.
Ahora, sí existen muchas personas que desde muy jóvenes ya se sienten viejos o ancianos, no adultos mayores. ¿Cuál es el propósito de no aceptar la edad que se tenga y sentirse en esa condición de “vejez”?
Me parece que tiene que ver con el poco respeto que sentimos por la gente de edad avanzada, aún en nuestro propio entorno familiar. Creemos que los adultos mayores, no son capaces de realizar muchas cosas, y sí lo son. Solo que se necesita paciencia con ellos. ¡Y claro que se pierden facultades! En algunos casos irreversibles, pero eso no nos da derecho (a menos que la persona en cuestión, haya decidido concienzudamente y de manera consensuada con la familia) tomar una decisión de hacer una cosa u otra, con el familiar en cuestión.
Me parece que si toda la sociedad estuviera consciente del problema, y que sabemos que en algún momento estará en la misma situación, es sociedad sería más congruente para tratar a nuestros “viejitos”.
En algunas sociedades pretéritas la condición de “abuelo o abuela”, se daba a partir de los cincuenta y dos años, y en ese momento se les llamaba a formar parte de los Consejos de Ancianos o Senados, dadas las condiciones de sabiduría y experiencia, que ya se tenían por la edad, y se pasaban a convertirse en figuras de máximo respeto para esas sociedades.
Entonces me pregunto, ¿qué estamos haciendo con nuestros adultos mayores? ¿Realmente los tratamos con respeto? ¿Solo nos da compasión su situación y les obsequiamos una moneda al empacar nuestra despensa o cuidarnos el auto? ¿O les compramos los artículos que venden, solo por caridad?
Hay que repensar que estamos haciendo con la gente que YA trabajó por este País, y que en muchos casos ni siquiera tiene una pensión o apoyo gubernamental.
Y Usted, estimada(o) lector ¿Cómo trata a los adultos mayores, ancianos o viejos, ya sean cercanos a Usted o no?
Espero sus comentarios en el correo: arqueolobocarlin@gmail.com
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Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/disquisiciones/vigesimoseptima-disquisicion-adulto-mayor-viejo-o-anciano/