CAPÍTULO 45
Por Luis Humberto Carlín Vargas
Publicado originalmente en en periódico Digital Zona Franca en la sección Hablemos de Arqueología el 11 de septiembre de 2020.
En este capítulo, ahondaré un poco sobre cómo la BioArqueología contribuye con infinidad de investigaciones arqueológicas y no arqueológicas, para sustentar discursos congruentes, y no supuestos que desvirtúan el trabajo, tanto de la Arqueología como de la Antropología Física (AF).
El principal tema de estudio de esta rama de la Antropología, va a enfocarse en la variabilidad humana, así como en el proceso evolutivo, las condiciones de permanencia y de salud, tomando en cuenta la genética y la forma de relacionarse y adaptarse con el medio, la distribución geográfica de las poblaciones, etc. Todos estos parámetros se analizan desde la osteología (estudio de los huesos) y la somatología (estructura y desarrollo del cuerpo humano). No solo se enfoca en sociedades pretéritas; también en estudios de la actualidad. Y como ya se explicó anteriormente, estos estudios nos van a proporcionar una cantidad interesante de aspectos culturales de esas poblaciones.
En México, la AF, junto con otras especialidades de este tipo, se ha vuelto esencial en la búsqueda de personas desparecidas, problema que se ha agrandado en nuestro País; asunto en el que no voy a profundizar en esta sección, pero que sí representa un problema profundo y delicado.
Haré un pequeño resumen de algunas de las ramas que estudia la AF.
Surgimiento de las poblaciones.-
Estudios precisos han evidenciado que la radiación sapiens que se detecta desde África hacia el mundo, se da entre 200 mil y 160 mil años antes del presente. Pero el establecimiento de poblaciones que dejan de ser nómadas y se vuelven sedentarias, no ocurre hace más de 12 mil años antes del presente, justo cuando la última glaciación (Würm o Wincosin para América) termina. Algunos estudiosos la plantean en el momento de la Explosión Artística en Europa (hace 40 mil años).
Variabilidad de las poblaciones.-
Si le apostamos a que la población humana en 2019 cerró con un aproximado de 7.7 billones (sí, 7 700 000 millones) de habitantes, la variabilidad se torna infinita. Cada individuo es diferente, aún los gemelos mellizos. Entre algunos de esos parámetros, se analizan varios rasgos de cada uno de nosotros, tales como: color de piel, capacidad de conocimiento, altura, peso, y muchas otras características. Entonces, el asunto de la variabilidad se vuelve inconmensurable.
Evolución de las poblaciones.-
¿Cómo surgió cada población en el mundo? ¿Cuál es el motivo que hizo que se quedaran en un lugar o en otro? Aquí surgen estas y otras muchas preguntas que la AF puede dilucidar. Entre algunas de las características que este rubro estudia son: migración, mutación, derivación genética, y sobre todo, la selección natural.
Distribución geográfica de las poblaciones.-
En este caso, la AF, echa mano de los estudios de Geografía Humana, y contribuye con ellos de manera interdisciplinaria para explicar ampliamente las migraciones y las distribuciones que se han generado a través del tiempo. (Continuará).
Estimado lector, espero sus comentarios al correo que viene más abajo. Nos leemos la próxima entrega, que #HablemosDeArqueología.
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NOTA: Todo lo aquí expresado es producto de investigaciones formales, realizadas por varios profesionales, principalmente de la arqueología, así como de otras áreas académicas formales, con el afán de complementar el conocimiento aquí vertido. Las imágenes mostradas son extraídas, en su mayoría, de la revista Arqueología Mexicana y otras, tomadas del internet, así que los derechos de autor son del o los propietarios.
Cada artículo e imagen en estas crónicas, no tiene intención de dañar NI ofender ninguna posición política o religiosa. Son opiniones meramente científicas.
Los hipervínculos que aparecen son, normalmente, artículos de mi autoría y/o referencias necesarias para ampliar el tema.
Publicación original en: https://zonafranca.mx/opinion/hablemos-de-arqueologia/capitulo-45-bioarqueologia-parte-2/